Auditorio Santa Ana (Iglesia)

Situada en la zona de intramuros, dentro del Barrio de los Caballeros. Hoy en día está convertida en Auditorio y bajo la tutela de la Obra Social de Caja Extremadura. Benavides Checa y otros historiadores hablan que Santa Ana se encuentra situada sobre los terrenos que ocupaba la Iglesia de San Vicente Mártir que hizo de catedral mientras se construía la catedral de Santa Maria. La iglesia fue emplazada aquí por deseos de Francisco de Borjia.

Edificándose bajo el auspicio del obispo Gutierre de Vargas y Carvajal y ejecutadas por el arquitecto Bartolomé Bustamante hacia el 1555.

Exterior

Construcción plateresca, adornada con escudos nobles en sus esquinas. La Portada principal se compone de dos cuerpos; el inferior se sitúa la puerta de acceso al templo, flanqueadas por dos columnas rematadas en los capiteles por dos cabezas de carneros. En el superior se abre una hornacina donde están a tamaño natural: Santa Ana, la Virgen María y el Niño Jesús. Justo encima, se encuentra un medallón donde está de medio cuerpo el Padre Eterno. En su parte superior derecha contemplamos una espadaña (campanario).

Interior

Nave de seis tramos con cabecera cuadrada. Desde el coro se pueden ver siete arcos graníticos que soportan un techado de madera de casetones decorados con motivos geométricos.

Los esgrafiados que forman el friso presentan ócelos, al lado de estos dibujos que simulan hornacinas con santos, se contemplan seis cuadros con un total de 24 figuras identificadas.

Declarado Paisaje Protegido por ser un lugar que por sus valores estéticos y culturales es merecedor de una protección especial. Entre alcornoques, escobas, grandes bloques de granito e impresionantes vistas hacia el valle del Jerte y del Ambroz llegamos a la coqueta ermita de Nuestra Señora del Puerto, patrona de Plasencia. Este lugar para el esparcimiento y retiro es uno de los rincones favoritos de los placentinos, perfecto para el senderismo, escalada y BTT.   

El monte Valcorchero es un monte público con una superficie de 1184 hectáreas en el término municipal de Plasencia y perteneciente a la sierra del Gordo.

Puerta del Sol

Reformada a finales del siglo XV y probablemente la más popular y conocida de todas las de la ciudad, con una imagen en lo alto de la Virgen de la Paz y el escudo de los Reyes Católicos. Su orientación está pensada para conseguir que los rayos solares penetren lo más posible en la calle del Sol.

Puerta Trujillo

También conocida como Cañón de la Salud por la ermita del siglo XVIII que se construyó sobre ella donde se venera a la Virgen de la Salud. La puerta data del siglo XIII y la ermita se ubica entre dos torreones de la muralla. En su parte exterior sobresale un escudo de los Reyes Católicos y la llamada “Lápida de la Libertad” que conmemora la toma de la ciudad por dichos reyes en 1498 tras el dominio del señorío de los Zúñiga. También destaca un monumento funerario en honor del Obispo González Laso.

Universidad

Complejo universitario, el cual decidió ser edificado a finales del siglo XIX para ampliar el anterior colegio de San Calixto ubicado en la calle del Rey. Es de estilo neomudéjar. Era una obra muy ambiciosa que no llegó a terminarse. Fue adquirido por el Ministerio de Guerra en 1920, que lo destinó a cuartel militar, hasta que en 1993 pasó a convertirse en el centro educativo actual.

Cementerio judío

Uno de los principales rasgos de la cultura judía es que Plasencia conserva la ubicación del cementerio judío medieval, en el entorno del berrocal.
El Berrocal se localiza frente a la judería de Plasencia, con acceso directo a través de la Puerta de Berrozana, para evitar cruzar espacios ocupados por cristianos.

El cementerio judio es visitable aunque su acceso se realiza por una carretera, pese a estar rodeado de la ciudad. Hay un proyecto para que dicho camino sea una calle más de la ciudad que conecte la Avenida Sor Valentina Mirón y el Recinto Ferial del Berrocal, pero está a la espera de financiación.
En un monte adehesado y rodeado por la ciudad se conserva este cementerio medieval en el que se observan una veintena de tumbas excavadas en las rocas con figura antropomórfica y cumpliendo las leyes judías para los enterramientos (tenía que ser tierra virgen, que hoy es todavía, estar en pendiente y mirando a Jerusalén).

Aunque no se han conservado las lápidas de las tumbas, se utilizaron en la construcción en los siglo XVII en adelante, sí que se conservan las tumbas y se ha señalizado para su disfrute, pero al tratarse de un entorno rústico, adehesado, dependiendo de la época del año las flores y matas silvestres pueden cubrir las tumbas. De la misma manera, los postes y paneles han sufrido diversos actos vandálicos que han dejado prácticamente sin señalización dicho cementerio judío.