Edificado sobre un convento anterior, promovido por la Familia Zúñiga, sobre todo por Leonor de Pimentel, que convenció a D. Enrique IV para que le diera un crédito de 50.000 maravedíes y al Papa Sixto IV para que promulgara una bula que le cediera los terrenos. Tuvo que expropiar los terrenos cercanos de la sinagoga y cementerio judío.
La Dirección fue del maestro cantero Pedro González. Las instalaciones de este convento fueron sede de la primera universidad de Extremadura en se adscribieron a los estudios del convento de San Esteban de Salamanca y en 1628 fue elegido como uno de los estudios Generales de la Orden Dominica. Actualmente alberga el Parador de Turismo.
Mide unos 800 metros cuadrados en disposición cuadrada, con sillares de 2 pisos en cada frente. Las Pilastras van montadas sobre el pretil (antepecho, muro de balcón) corrido, decorado con motivos góticos (s. XV) y una heráldica papal, de la Orden Dominica y de los Zúñiga-Pimentel. Con unos motivos en la techumbre y artesonado mudéjar, con flores y tallos rojos serpenteantes. Vemos sus dependencias, de las cuales destaca la escalera de 4 ángulos o “Escalera del Aire”.
De base cuadrada, al aire en un arco irregular sobre ménsulas destaca el 3° tramo con un arco carpanel y rematado con una linterna y bóveda de crucería estrellada.
Existen otras escaleras más sencillas, pero muy diseñadas y de gran belleza.
En el ala Este del Claustro se sitúa la sala Capitular “del Crucifijo”. Dividida en 2 espacios: una en planta cuadrada cubierto con bóveda de crucería estrellada de 8 puntas. La base es octogonal, con 2 espacios ochavados y una bóveda del S. XV, enmarcado con 2 leones rampantes. Su puerta es abocinada con un arco de medio punto y estaba destinada a enterramiento de los frailes.
En el ala Norte está Formada por la cocina, despensa y bodega, y encima de ésta estaban los dormitorios o celdas. En cada una de ellas se subdividían en zona de estudio, rezo, contemplación y otra de descanso.
En el Ala Occidental se ubica el Refectorio de estilo renacentista con techumbre de madera. Un zócalo con friso de azulejos de Talavera del s. XVI, con emblemas de los fundadores y de la orden.
En la Zona Oeste del Refectorio, el pulpito de piedra con un escudo. Sobre el Refectorio, la biblioteca, con forma rectangular, artesanado de madera y una cenefa en la parte alta del muro con una inscripción en latín. En ella hubo una gran cantidad de volúmenes.
